IBIZA, REFERENCIA HISTÓRICA:
El 4 de diciembre de 1999, la UNESCO inscribió la categoría Eivissa, Biodiversidad y Cultura dentro del conjunto de Patrimonio de la Humanidad. De esta forma, las Pitiüses pasaron a formar parte de este exclusivo club mundial del que España es el miembro con mayor cantidad de bienes.
Para Eivissa, una isla eminentemente turística, este reconocimiento representa la herramienta apropiada para promocionar todos sus atractivos y superar el tópico de sol, playa y fiesta, célebre en todo el mundo. La cultura milenaria y la rica biodiversidad de Eivissa han encontrado en la declaración de Patrimonio de la Humanidad un vehículo de promoción ideal. En estos últimos años, Eivissa ya ha notado un aumento del turismo cultural, rural y deportivo, una de sus apuestas de futuro más sólidas.
La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad la acrópolis de Dalt Vila (el casco antiguo de la ciudad de Eivissa), las praderas de posidonia oceánica, cuna de la rica biodiversidad marina de las Pitiüses, y la necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins y el asentamiento fenicio de sa Caleta, vestigios de los primeros asentamientos de las islas.
Dalt Vila es un monumento a la Historia. En sus múltiples estratos se superponen vestigios de todas las culturas que han pasado por la isla, desde los primeros pobladores de la bahía de la ciudad de Eivissa, pasando por fenicios, cartagineses, romanos y musulmanes, hasta la conquista catalana a manos del Reino de Aragón, en el siglo XIII. Su arquitectura, de gran belleza y sencillez, ha influido notablemente en las construcciones coloniales del Nuevo Mundo.
Las praderas de posidonia –planta marina fanerógama endémica del Mediterráneo- son el origen de la belleza y transparencia de las aguas del mar pitiuso. Su conservación es por tanto un imperativo, pues la vasta biodiversidad de las aguas de Eivissa y Formentera depende directamente de su buena salud. Al igual que los arrecifes coralinos en los mares tropicales, las praderas de posidonia de Eivissa y Formentera son un patrimonio mundial cuya pérdida sería una catástrofe para la cadena trófica.
IBIZA, HISTORICAL REFERENCE:
On 4th December 1999, Eivissa, Biodiversity and Culture was enlisted UNESCO in the World Heritage list. This way, the Pitiüses islands started to take part in an exclusive world club in which Spain is one of the members with the largest quantity of properties.
For Ibiza, a touristic island, this entitlement represents the main key to promote its attractions and overcome the worldwide known “sun, beach and party” topic. Ibiza’s millenary culture and rich biodiversity have found in the World Heritage declaration an ideal means of marketing. In recent years, cultural, rural and sport tourism have increased in Ibiza, becoming one of the safest bets of future.
UNESCO’s World Heritage declaration included Dalt Vila’s acropolis (located in the old historical Ibiza center), posidonia oceanica meadows, cradle of the Pitiüses’ rich marine biodiversity, and Phonician-Punic necropolis of Puig des Molins and sa Caleta’s Phoenician settlement, traces of the first settlements in the islands.
Dalt Vila is a monument to History. In its several layers, the traces of each culture that inhabited the island are superimposed, from the first settlers of the Ibiza’s city bay, through Phoenicians, Carthaginians, Romans and Arabs, to the Catalonian conquest by the Kingdom of Aragon in the thirteenth century. The beautiful and simply architecture of Dalt Vila has had a remarkable influence on “New World’s” colonial buildings.
Posidonia oceanica meadows –a Mediterranean-endemic phanerogam sea plant- are the origin of the beauty and clear waters of the Ibiza’s sea. Its conservation is a must, since the wide sea biodiversity of Ibiza and Formentera depends on the posidonia oceanic’s good health. Just like coral reefs in the troplical seas, Ibiza and Formentera’s posidonia meadows are a World Heritage property which loss would be a catastrophe for the trophic chain.